Buscando algo sobre esta máxima de San Pablo que cita nuestro amigo Chuki, he encontrado, alabado sea Dios,
esto. No está mal, no, je, je. Échadle un vistazo, a ver qué os parece. Pero tened cuidado, ¿eh?, leedlo con cautela, no vaya a ser que por manos del demonio...
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