Estoy disfrutando mucho de estos dos personajes cuanto menos, curiosos. Flaubert, es un artista del lenguaje y leerle, se hace un placer. Las páginas, se pasan ligeras a pesar de su extenso vocabulario, (algunas palabras de las que lo desconozco todo y no consulto por no romper el ritmo de la lectura), gracias a una estudiada y depurada escritura . Sin duda, el esfuerzo que supuso para él y todo el trabajo y tiempo que dedicó a escribir la novela, mereció la pena.
Dejé el primer capítulo, cerrándolo con una sonrisa imborrable y con el deseo de continuar con el siguiente. Me fue inevitable, en el momento en que una vez se fueron a acostar, “… Bouvard de espaldas, con la boca abierta, la cabeza descubierta; Pécuchet sobre el costado derecho, las rodillas en el vientre, con un gorro de algodón encasquetado, y los dos roncaban bajo el claro de luna que entraba por la ventana”, compararles con Epi y Blás, dos simpáticos personajes televisivos, algo más sensatos que ellos,
Si el primero, se me hizo ameno, los capítulos segundo y tercero, fueron un “disparo”. ¿Cómo pudo abarcar tanta idiotez consecutiva en tan pocas páginas? ¿Es posible variar los intereses con tanta rapidez y facilidad? No veo al Quijote, representado en ellos, ni a Sancho. Don Quijote, era sabio en su locura y Sancho, racional en extremo a pesar de su inocencia. Para mí, son dos niños grandes y como dos niños, cambian continuamente de juego. Entusiasmados en el inicio de cada uno de ellos y sin que el abandono del anterior les deje atrapados en el sentimiento de fracaso o de pena. Simplemente, ya no les interesa y pasan a otra cosa.
¿Qué más me espera en su lectura? ¿Qué pasará en el capítulo cuarto? El tiempo se me echa encima y quisiera terminar el libro antes de nuestra próxima tertulia.
Os dejo, vuelvo con Bouvard y Pécuchet, a ver qué me cuentan ahora. Sorprendentes, no me dejan fría y lejos de admiradles, les reconozco una tenacidad de la que carezco y creo que sólo algunos adultos siguen manteniendo.
Un beso a todos. (Chu)
sábado, 13 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
Interesante cuestión para el debate: ¿qué tienen de quijotes o de sanchos estos ineptos integrales? Lo discutiremos, sí. Aunque ignoro con quien se hará, pues se esconde el opinante bajo el anonimato, ah, cobarde (je, je).
Se me olvidó firmarlo, jajaja, pero ya está arreglado. Es que soy "despistosa".
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